El Barcelona dejó una depresión en Chamartín. Goleó a un Madrid pobretón, avasalló con su juego al equipo de Benítez, provocó la reacción de la afición blanca contra Florentino Pérez y se permitió darle minutos de rodaje a Messi de tan claro que vio la cosa (0-4 | Así lo contamos).
El equipo de Luis Enrique ganó todos los duelos del partido, incluso Bravo fue superior a Navas con paradas de mérito en las escasas llegadas de un Madrid superado. Fue mejor el Barcelona desde el inicio, seguro en su idea con la pelota y tremendamente efectivo en defensa, desde su presión adelantada hasta las líneas avanzada en defensa. Guiado por un Iniesta brillante y con la ejecución precisa y quirúrgica de Neymar y Luis Suárez, el equipo de Luis Enrique da un golpe rotundo sobre la mesa de la Liga que puede tener consecuencias graves en la casa blanca.
Había dudas sobre la trascendencia del clásico, tanto para el desenlace del campeonato como en la decisión sobre la supremacía en la Liga y, por extensión, posiblemente en Europa. Ni Barcelona ni sobre todo Real Madrid habían sido los equipos más convincentes. Si a eso se le suman las dudas, las lesiones y las recuperaciones de última hora, se planteaba un Madrid-Barça un tanto bajo de calorías. Pero en cuanto se dio el pitido inicial tras el emocionante recuerdo a la tragedia de París, hubo un equipo dispuesto a reclamar el cetro en el partido más observado del mundo. El Barça no necesitó el brillo estético de antaño para aplastar a un Madrid desnortado, incapaz de presionar con orden y frágil en defensa.
Reservó Luis Enrique a Messi y su rodilla recién recuperada. Alineó en su lugar a un Sergi Roberto en crecimiento exponencial, primero reivindicado a través del apaño del lateral derecho y ahora cada vez más cómodo como volante. El canterano permite al Barça fluctuar entre el 4-4-2 y su 4-3-3 más natural. En el otro bando, Benítez optó por su tripleta estelar en ataque y por James para acompañar a Modric y a Kroos. En la teoría, la ausencia de Messi permitía a Marcelo convertirse en otro centrocampista más. Pero casi nunca lo fue. El Barcelona tardó poco en hacerse con la pelota, movió con parsimonia pero con seguridad la caótica presión del Madrid, y cambió de ritmo cuando los cerebros del centro del campo encontraron a Neymar y Suárez.
El Madrid fue incapaz de controlar el juego. Ni desde la pelota, ni desde la presión ni a través del contragolpe. Errores en con la peltoa le permitieron dos sustos a Bravo: Mascherano midió mal ante Ronaldo y el centro del luso lo repelió con problemas Bravo; y un mal rechace de Mathieu (reemplazo del Jefecito, lesionado) le dio la opción de remate a Benzema, que pifió. Fueron las anécdotas en medio del magnífico despliegue del Barcelona, liderado por un Iniesta inconmensurable. El manchego lideró la presión, dio siempre el pase adecuado y acabó marcando un golazo. Antes, Sergi Roberto rompió el partido con una arrancada plena de potencia y habilidad, tras la que asistió a Suárez. El uruguayo definió con gran clase, un toque con el exterior lejos de la mano de Navas.
El gol asentó la sensación de superioridad del Barça ante un Madrid que pasó minutos de tormento. El equipo azulgrana mandaba y eso que Neymar no había aparecido en exceso. No tenía caminos el Madrid, ahogado por la presión perfecta del centro del campo y los delanteros culés, aprisionados los delanteros blancos por la defensa adelantada, intrascendentes Cristiano y Benzema ante la actividad sin éxito de Bale. No hubo noticias de James ni de Kroos y el Bernabéu enfiló el «Florentino dimisión» cuando Iniesta, en su enésima lección, condujo la contra al balcón del área y asistió para el 0-2 de Neymar. Pidió Ramos fuera de juego del brasileño después de fallar al tirar la línea en el primero. Rozó el Barça el tercero justo antes del descanso, tras una espectacular combinación de Neymar con Suárez, pero Marcelo sacó bajo palos el remate del uruguayo. Minutos antes, Sergi Roberto tuvo el gol que le coronaría el imaginario azulgrana, pero remató alto en el punto de penalti.
La sensación en el intervalo era de derrota blanca, más en las sensaciones de juego que en el marcador ya claro con 0-2. Salió el Madrid con la rabia de campeón que se le presupone y que hace imprevisible cualquier partido en el Bernabéu por mucho que el resultado sea desfavorable. Marcelo cabalgó como se presumía que podría hacerlo pero remató mal, y James probó a Bravo con un disparo muy peligroso. El Barcelona respondió con contundencia: de nuevo arrancó Iniesta por el carril del 8, Neymar le devolvió la pared con un precioso taconazo y Andrés cambió la delicadeza por un trallazo a la escuadra. El 0-3 acababa con el partido y encumbraba la actuación del manchego, de nuevo un titán en los clásicos, desequilibrante con la pelota y ejemplar en su trabajo defensivo.
Entró Isco por James, se fue Marcelo lesionado y Luis Enrique se permitió el lujo de darle media hora a Messi. Se fue Rakitic para dar entrada al argentino, pero el Barcelona no se descompuso con tres puntas, siguió con su orden defensivo y parió ocasiones para acabar goleando a un Madrid impotente. Rozó Messi el gol, Suárez pudo ampliar su cuenta y el uruguayo desperdició una buena situación de gol queriendo regalarle el tanto a la Pulga. No perdonó el charrúa ante un balón al espacio de Alba, tumbando a Navas en el amago y volviendo a demostrar su condición de matador. Le ganó el ex del Liverpool siempre a Varane y Ramos, generó espacios para Neymar y la segunda línea y lideró la presión junto a Iniesta.
Quedaba un cuarto de hora y el 0-4 era una herida abierta en el orgullo del Bernabéu. Apenas hubo tiempo para una palomita de Bravo, nuevos intentos de que Messi marcase y la explosión de impotencia de Isco, expulsado por una patada irresponsable a Neymar. Minutos de exhibición después de la demolición previa del Madrid a manos de un Barcelona que recupera a pasos agigantados las mejores sensaciones de la temporada pasada.
0 - Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Marcelo (Carvajal, m.59), Kroos, Modric, James (Isco, m.55), Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo
4 - Barcelona: Claudio Bravo; Dani Alves, Piqué, Mascherano (Mathieu, m.27), Jordi Alba, Sergi Roberto, Rakitic (Messi, m.56), Sergio Busquets, Iniesta (Munir, m.77), Neymar y Luis Suárez.
Goles: 0-1, M.11: Luis Suárez. 0-2, M.39: Neymar. 0-3, M.53: Iniesta. 0-4, M.74: Luis Suárez.
Árbitro: David Fernández Borbalán (Comité Andaluz). Expulsó con roja directa a Isco (m.84) por una dura entrada por detrás a Neymar. Amonestó a James Rodríguez (m.23), Dani Alves (m.31), Sergio Ramos (m.50), Carvajal (m.83) y Busquets (m.92).
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