NUEVA YORK – Un adolescente fue elegido en el turno número uno del sorteo de la NBA y aceptó la encomienda de restaurar la imagen de una franquicia que ha perdido 199 partidos en los últimos tres años.
Otro de 19 años se aprovechó de la nueva oportunidad que le brindó un país extraño cuando huía la guerra civil que ha devastado Sudán. Un chico de 20 años siguió los pasos de su padre, una leyenda en el baloncesto internacional, y en un minuto neoyorquino fue incluído en un canje por una estrella.
Otro muchacho de 20 años dio un paso importante, esperando que llegue el día cuando pueda jugar contra su hermano, quien fue seleccionado el año pasado.
Caballeros, bienvenidos a la NBA, reconocida como la mejor liga del mundo.
Ben Simmons soñaba con algún día ser protagonista en la NBA. Cada día que despertaba, atentamente estudiaba un cartel de un futuro miembro del Salón de la Fama, que cubría una parte de la pared en su habitación en Australia, sirviéndole como una especie de inspiración.
Su sueño se convirtió en una realidad la noche del jueves en el Barclays Center cuando los Philadelphia 76ers lo eligieron en la primera selección, emparejándolo con Allen Iverson, que en 1996 fue el primer jugador del sorteo elegido por el conjunto de la ‘Ciudad del Amor Fraternal’.
Simmons quiso ser como aquella superestrella, que puso a su espalda a los 76ers y los llevó a las Finales de 2001, y que será exaltado al Salón de la Fama el próximo 9 de septiembre.
El nuevo fenómeno de Philadelphia, y el tercer australiano elegido número uno en la historia del sorteo, tendrá la difícil tarea de enderezar el camino de una franquicia que a través de las últimas cinco temporadas se ha convertido en el hazmerreír de la liga.
“Muchas personas no sabían que actualmente tenía un póster de AI en mi dormitorio cuando yo era joven”, dijo Simmons, que es el tercer talento tomado en el primer turno del sorteo en la historia de los 76ers, el primero siendo Doug Collins en 1973. Philadelphia tuvo control de la primera selección del sorteo en 1986 pero canjearon los derechos de Brad Dougherty a los Cleveland Cavaliers.
“Era un cartel de él en un corte diamantado con sus trenzas. Sólo lo recuerdo siendo uno de aquellos armadores, un chico pequeño con trenzas y una banda para la cabeza”, prosiguió el nativo de Melbourne, Australia, uno de un récord de 26 internacionales que fueron seleccionados en el draft, incluyendo 14 en la primera ronda. “Recuerdo que cuando era joven tenía las trenzas. Él fue uno de aquellos jugadores que luchó todos los días”.
Con tan sólo cinco años, Thon Maker escapó su pueblo, dejando atrás un país, que poco pudo conocer, por la nueva vida que lo esperaba a él y su familia en Australia, un nuevo continente.
Fue allí donde fue descubierto a los 14 años pese a que su amor pertenecía al fútbol. Su destino a la NBA lo condujo primero a una preparatoria en Louisiana y luego en Martinsville, Virginia, donde se destacó por dos años escolares en la cancha antes de trasladarse a la provincia canadiense de Ontario, donde sus talentos fueron reconocidos por las mejores universidades estadunidenses.
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