El conocido pelotero de los Tigres del Licey, Emilio
Bonifacio, confesó a el diario El Caribe que se convirtió en otro hombre
cuando vio que su hijo más pequeño podría fallecer.
Mientras se encontraba en un pasillo de un centro médico llorando junto a
su esposa, unos galenos intentaban por todos los medios salvar al
niño.
“En
ese momento le dije al Señor que me quitara todo: mi casa, finca, dinero
en el banco, todo, que no me importaba comenzar de cero, pero que me
dejara vivir a mi hijo”, expresó Bonifacio.
Su petición no tuvo mucho efecto, su hijo Gael seguía en las mismas condiciones y su rostro se ponía morado.
Fue
entonces cuando volví a hincarme y entonces le pedí perdón a Dios por
todo, prometí un cambio en mi vida si me complacía con lo de mi hijo
porque los médicos no paraban de trabajar, pero el niño no respondía. Al
poco rato el niño se normalizó, y aunque mi esposa y yo no dejamos de
llorar por un buen rato, vi la señal de que todo sería un cambio para
bien”, dijo Emilio.
El Boni desde ese día tomó unas nuevas medidas para
mantener una relación buena con Dios, nada de discoteca, copas de vinos
aveces y así.
“El
Señor cambió mi vida. Tuvo que pasar lo de mi hijo, esa fue la señal,
no fueron momentos agradables pero no me quejo. Dios tiene su manera de
trabajar. Soy otro tipo de persona y eso es lo que importa ”, dijo el capitán de los Tigres.
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