La Universidad de North Carolina no ha tardado demasiado en tomarse la revancha de la derrota sufrida ante Villanova en la final del año pasado y esta madrugada se ha proclamado campeona de la NCAA tras imponerse a Gonzaga en una apasionante final (71-65) disputada en el University of Phoenix Stadium de Glendale (Arizona), ante más de 77.000 espectadores.
Con esta victoria, los Tar Heels ya suman seis campeonatos universitarios (el 3º a las órdenes de Roy Williams) y se colocan terceros en el palmarés de universidades más laureadas, solo superados por UCLA (11) y Kentucky (8). Y para completar la noche perfecta para UNC, su base Joel Berry II (22 puntos y 6 asistencias) ha sido escogido MOP (mejor jugador) de la final, convirtiéndose además en el primero que anota más de 20 puntos en dos finales consecutivas desde que lo hiciera Bill Walton, allá por 1973.
Gonzaga golpea primero pero no remata
El ‘gran baile’ de la NCAA arrancó con los dos equipos algo titubeantes y sabedores de la importancia del encuentro. North Carolina, con más experiencia en esta lides (sin ir más lejos, perdió la mencionada final del año pasado) parecía esta más cómoda sobre la cancha, pero no supo cómo distanciarse en el marcador en los compases iniciales. Algo que sí que hizo Gonzaga, de la mano de un inspirado Perkins (13 puntos al descanso, aunque ya no anotó más en todo el partido), que firmó un par de triples y dio a los Bulldogs la primera ventaja importante en el marcador (21-14 en el min.10), una diferencia máxima de 7 puntos que se repitió un par de veces más durante la primera mitad.
Pero a pesar de que la gran estrella de UNC, el alero Justin Jackson, no estuvo demasiado acertado durante los primeros 20 minutos (6 puntos, con 0/6 en triples), sí que anotó un par de canastas vitales para que los Tar Heels no se descolgaran en el marcador, algo de lo que también tuvo gran parte de culpa Joel Berry, autor de 9 puntos, incluidos los dos únicos triples de su equipo antes del descanso.
Con solo un 30% en TC (y un 15% en T3), los de Roy Williams se podían dar con un canto en los dientes de irse a los vestuarios con solo tres puntos de desventaja. Cuando Gonzaga los había tenido contra la pared, no había sabido rematarlos.
Muchos fallos y recital de tiros libres
La segunda mitad arrancó de una forma diametralmente opuesta: parcial de 0-8 (35-40) para una UNC mucho más metida en el partido y con una intensidad que no se había visto durante los primeros 20 minutos. A diferencia de los Bulldogs en la primera mitad, los Tar Heels sí que parecían haber olido sangre e intentar romper el partido ya de buenas a primeras. Pero los de Roy Williams no contaban con la aparición de uno de los hombres clave de Gonzaga: el freshman Zach Collins, que consiguió un 2+1 al que le siguió un triple de Mathews para volver a recuperar el mando del partido. Una canasta de Karnowski completó el parcial de 8-0, dejando las cosas como al principio de la segunda mitad (43-40).
Mediado el segundo período, los hombres altos de Gonzaga (Collins y Karnowski) estaban ya metidos en problemas de faltas personales, pero incomprensiblemente, UNC no supo aprovecharse de esta circunstancia y se estuvo ¡más de 8 minutos sin anotar un tiro de campo!, aunque supo seguir metido dentro de la final a base de tiros libres.
Duelo Jackson-Williams-Goss y triunfo para UNC
A falta de 5 minutos para la conclusión del encuentro, el joven Collins cayó eliminado por faltas personales y eso dejó la responsabilidad ofensiva de los Zags (Perkins estuvo desaparecido en la segunda mitad) en manos de Williams-Goss que anotó los últimos 8 puntos de su equipo para darle una mínima ventaja a falta de poco más de dos minutos (65-63).
Pero enfrente tenía a un Justin Jackson que también supo echarse a los Tar Heels a sus espaldas (cinco puntos consecutivos) y devolver la ventaja a su equipo (65-66) tras un espectacular 2+1.
El último minuto de partido se convirtió en un Williams-Goss contra UNC y, fruto del cansancio, el líder de Gonzaga recibió un decisivo tapón por parte de Meeks cuando el marcador reflejaba un complicado 65-68. La jugada acabó con un mate al contraataque del omnipresente Jackson que dejó la final vista para sentencia. Un tiro libre final de Berry puso el definitivo 65-71 en el marcador.
North Carolina volvía, un año más tarde de lo esperado, a reinar en la NCAA.
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