“No es cómo se comienza, es cómo se termina”
Por segundo año consecutivo, los Tigres del Licey (10-6) alcanzaron su final número 36._Pero no fue fácil. Necesitaron ganar un partido 10-8, el cual estuvo sobrado de adrenalina, nada más que contra las Águilas Cibaeñas (8-8), dando el calibre de clásico a estos encuentros. Además, los Tigres debieron regresar de un 4-0.
Más allá del significado del encuentro, éste rompió los pronósticos de horario, comenzó a las 2:00 p.m. y ya a esa hora el Estadio Quisqueya acogía un buen número de fanáticos. Una hora después llegaban otros más y dos horas más, ya menos, pero todavía se integraban al partido, al punto que el aforo estaba prácticamente lleno. Al fin y al cabo las boletas estaban vendidas, dado que era un partido que se correspondía a dos suspensiones.
Yermín Mercedes empujó cinco carreras, incluidas dos en el octavo. “Feliz de ayudar a mi equipo a lograr a ir las finales. Hicimos el trabajo”, dijo Mercedes.
Tomado de Diario Libre
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