Que los Warriors no lo iban a pasar nada bien esta temporada, eso se sabía, pero la cosa puede pintar mucho peor. En Oklahoma, el equipo que no hace mucho tiempo dominaba la NBA con mano maestra, recibió una tremenda paliza que el marcador ni siquiera reflejó. Fueron 28 (120-92), pero si los Thunder se empeñan, hubiesen sido más de 40.
De hecho, los Thunder igualaron la mayor diferencia ante los Warriors desde que la franquicia se trasladó de Seattle a OKC, en 2009. Y lo hizo, apoyados en los 22 puntos de un excepcional Dennis Schroder para lograr la primera victoria del curso. Además, Danilo Gallinari aportó otros 21 puntos y Shai Gilgeous-Alexander 19 con nueve rebotes.
El máximo anotador del partido, sin embargo, fue Stephen Curry con 23 puntos, pero tuvo muchos problemas en el tiro, 7 de 18, igual que su equipo, 23 de 74, que notó mucho la baja a última hora de Kevon Looney con un problema en el tendón de la corva.
El partido se puso de cara para los Thunder que ya ganaban al descanso 70-37 en lo que se avecinaba como una paliza histórica. En ese primer tiempo, los Thunder llevaban un enorme porcentaje del 56,5% en tiro mientras que su defensa había dejado a los Warriors en un paupérrimo 27,5%.
La paliza pudo ser mucho mayor que la que al final imperó porque los Thunder ganaban 105-68 al final del último periodo. Un parcial de 15-24 lavó un tanto la mala imagen de los Warriors en OKC. El equipo local había logrado 35 puntos en los tres periodos anteriores.
Los Warriors tuvieron algunos problemas con los árbitros. A Curry le cayó una técnica por una falta antideportiva a Ferguson al que propinó un golpe en sus partes bajas. Y D'Angelo Russell acabó expulsado en el tercer cuarto por discutir con un árbitro.
Fuente: Marca.com
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