La baja del alero no pudo darse en peor momento para los Cavaliers, zarandeados por una epidemia de lesiones y sin poder estar a la altura de las inmensas expectativas generadas cuando James firmó en julio pasado como agente libre con el equipo en el que debutó en la NBA. Los Cavaliers informaron el jueves que a James se le diagnosticó una contractura en la rodilla y la espalda baja. Será tratado con “antiinflamatorios, rehabilitación, terapia de entrenamiento y descanso”.
Se calcula que se perderá dos semanas y 10 partidos o más. Si los plazos se cumplen, James reaparecería el 15 de enero en un partido en Los Ángeles contra los Lakers. Los Cavaliers inician una tanda de cinco partidos en la costa Oeste del país el 9 de enero.
Este sería el periodo más largo en que James haya estado inactivo desde que llegó a la NBA. En la temporada 2007-2008 se perdió cinco partidos consecutivos.
James, quien el martes cumplió 30 años, no actuó en los dos partidos anteriores de sus Cavaliers, inmersos en una racha de tres derrotas seguidas. El viernes enfrentan a Charlotte, reciben a Dallas el domingo, visitan a Filadelfia el lunes y serán anfitriones de Houston el miércoles.
Previo a la derrota de los Cavaliers 96-80 contra Milwaukee el miércoles, el cuatro veces ganador del premio al Jugador Más Valioso de la liga indicó que todas las pruebas en su rodilla habían arrojado negativo. Reconoció que ha jugado con dolor durante toda la temporada, lo que explica el por qué no da alas a su habitual agresividad el penetrar hacia la canasta y su inclinación por ceder el balón a sus compañeros.
También intimó que su trajín de 11 temporadas en las NBA ya le ha empezado a pasar factura en lo físico.
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