Dos estilos contrapuestos, varios jugadores únicos, los dos últimos campeones frente a frente... El Golden State Warriors-San Antonio Spurs de esta madrugada es el PARTIDO por excelencia. ¿El mejor de siempre? Los antecedentes dicen que nunca antes se habían enfrentado dos equipos con al menos 35 triunfos en los 41 primeros partidos del curso a estas alturas. Vale, puede que a simple vista puede que no haya más en juego que una victoria más de Liga Regular.
Pero si vamos un poco más allá, el encuentro del Oracle Arena se adelanta tres meses en el tiempo para situarnos en una atmósfera de Playoffs. Mejor dicho, de final de Conferencia (una pena no poder ver unas Finales entre ambos). Y es que, salvo sorpresa (¿Kevin Durant?) ambos equipos están llamados a determinar a finales del próximo mes de mayo la supremacía del este curso extraño pero siempre Wild, Wild West (salvaje Oeste). La temporada pasada, una canasta milagro de Chris Paul nos impidió disfrutar de este duelo (dando por hecho que hubiesen eliminado posteriomente a los Rockets en segunda ronda). Por lo visto hasta ahora, no parece que este año la historia vuelva a repetirse.
Y es que precisamente, el de esta noche es un duelo por la Historia... con Michael Jordan y sus legendarios Chicago Bulls asomando por el horizonte. El 72-10, el mejor récord de siempre en la NBA, amenaza con colapsar ante dos superpotencias. Una, Golden State, lleva toda la temporada acaparando los focos y acumulando ríos de tinta sobre sus hazañas (el 24-0 será algo recordado durante mucho tiempo). De la otra casi nos olvidamos (una vez más) hasta que nos dimos cuenta que siempre está ahí: San Antonio o cómo permanecer inmutable al paso del tiempo.
El Oracle, un fortín
Para empezar, el de esta noche es un partido en el que se pone en riesgo la imbatibilidad del Oracle Arena. La última vez que los Warriors cayeron en su fortín de Oakland en RS fue el 27 de enero de 2015. Desde entonces acumulan 38 triunfos, una racha que ya es la tercera mejor de siempre junto a los Celtics de mediados de los 80. Si Curry y cía quieren mejorar las 44 de los Bulls (entre el 94 y 96) deberán acabar con una racha de 13 triunfos consecutivos de los texanos. No hay equipo más en forma que los Spurs. Y que firme una mejor diferencia de puntos a su favor: +14,5 por los +12,1 de los de la Bahía. Números que suponen la mejor y la quinta mejor cifra de siempre en la NBA... Brutal.
Mejor ataque vs mejor defensa
Por si fuera poco, también tendremos la primera oportunidad de medir al mejor ataque de la competición con la mejor defensa. La creatividad y fantasía de los actuales campeones les reporta un promedio de, agárrense, 114,7 tantos por noche. Aunque eso sí, habrá que ver si consiguen seguir haciendo poesía en una cancha de baloncesto ante un muro más sólido que el que el de Poniente en Juego de Tronos. Los ganadores del anillo en 2014 encajan 89,8 puntos de media. Una clave nos la dará el ritmo de juego. Si los locales imponen su vistoso y rápido estilo (acostumbra a contar con más de 99 posesiones por 48 minutos), los de Popovich deben aferrarse a los 95,5 tantos que de media encajan por cada 100 posesiones del rival. De cumplir con sus registros, ¿lograrían los Warriors sobrevivir con casi 20 puntos menos de media?Por el conrario, la eficiencia defensiva local (102,4 puntos en contra por 100 posesiones) se asemeja más a los 104,3 anotados de media por los texanos.
El MVP o el colectivo
Ambos equipos cuentan con jugadores formidables y una variedad y fondo de armario casi ilimitados. Practican, aunque con matices en cada bando, un baloncesto solidario y en el que prima la circulación de balón. Sin embargo, mientras que los californianos presumen de tener a Stephen Curry, el hombre más desequilibrante (y máximo anotador) de la actualidad, en el bando rival prima el bloque por encima de cualquier nombre (y mira que tener, tiene unos cuantos para quitar el hipo). Una filosofía de juego que desemboca en dos palabras: extra pass (pase extra). Mover el balón hasta marear al rival para conseguir el mejor lanzamiento cuando los 24 segundos del reloj agonizan. No obstante, será interesante comprobar qué idea Popovich para frenar a Steph y proteger así un Tony Parker que a priori puede surfrir mucho ante el último MVP. Patty Mills podría resultar importante, aunque no hay que descartar que en determinados momentos seaKawhi Leonard (Mejor Defensor de la Liga y máximo artillero de las espuelas) quien le intente hacer sombra. Así veríamos a los dos mejores hombres de los dos mejores equipos competir de tú a tú. Otro aliciente para madrugar o despertarse a horas intempestivas.
El factor Duncan
Tim Duncan es la única baja confirmada para este estelar duelo en la cumbre. Algo que no debería suponer un problema tan grande como algunos vaticinan: los Spurs están 7-0 sin Timmy esta campaña. Es más, puede que hasta sean más capaces de adaptarse al altísimo ritmo 'warrior' sin el veterano y eterno ala-pívot. No obstante, se quedan sin un arma fundamental de hacer daño por dentro al quinteto de bajitos de los de Kerr. Quizá sea el momento para que Marjanovic cause estragos por dentro... ¿Hacerse grandes en vez de pequeños? La eterna ecuación para desmontar el small ball.
Popovich y Kerr
Steve Kerr formó parte como jugador de los dos primeros anillos de los Spurs (1999 y 2003). Casualidades del destino, regresó este último fin de semana tras llevar de baja toda la temporada, para medirse al que fuera su mentor en San Antonio: Gregg Popovich (2-1 en los cara a cara para el próximo seleccionador estadounidense a la espera de los otros tres enfrentamientos directos por llegar en los próximos meses). Se ha especulado con que Pop, aparte de Duncan, haga una de las suyas y dé descanso a alguno de los otros pesados del vestuario. Pero el hecho de Kerr ya dirigiera el pasado curso al Oeste en el All Star, obliga a Gregg a pasar dicho parón en Toronto. Razón más que suficiente para vengarse del que fuera su alumno...
Decidir el factor cancha
En el caso de que, como decíamos al comienzo, ambos midan sus fuerzas en la próxima final de Conferencia, hoy mismo podría comenzar a decidirse el resultado de dicha serie. Me explico. Con dos equipos que, tachados ya los tres primeros meses de curso, aún marchan invictos en casa (20-0 los californianos y 24-0 los de El Álamo) , el factor cancha se antoja absolutamente fundamental. Lo dicho, una batalla que va más allá de un simple partido de liga regular. Disfruten.
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