Los padres de George, Kate Schamberger-Ruth y George Herman Ruth Sr. Tuvieron ocho hijos de los cuales solo dos sobrevivieron uno de estos dos era Babe Ruth. Cuando era niño, sus padres atendían una taberna y lo dejaban solo valiéndose por sí mismo, por lo que decidieron llevarlo, a los siete años, a un orfanato y reformatorio: el St. Mary's Industrial School for Boys de misioneros católicos, donde lo visitaban raramente.
En ese lugar era calificado como un incorregible porque no cumplían reglas de ese lugar. Fue un sacerdote de nombre Mathías quien asumió el rol de padre de Babe, y lo encauzó en la vida y en el béisbol. Desde temprana edad mostró cualidades para este deporte.
Su actividad fuera del campo fue variada. Fue portavoz del Gobierno de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial para adquirir bonos, visitó orfanatos y hospitales, y dio conferencias en la radio.
En 1946 se le diagnosticó cáncer de garganta. Ese mismo año, durante una visita a Ciudad de México el magnate veracruzano Jorge Pasquel le ofreció ser Manager o Alto Comisionado de la Liga Mexicana de Béisbol, pero le explicó que estaba con un tratamiento y tenía que estar en Nueva York.
Hizo su última aparición frente a los fans de los Yankees en un histórico homenaje el 13 de junio de 1948,25 años después de la apertura del estadio; además, el número de su uniforme (3) fue retirado.
Trayectoria como jugador
En el St. Mary's Industrial School for Boys de Baltimore, un reformatorio católico en el que entró con siete años, en verano de 1902, y donde iba a pasar doce años de su vida. Fue entonces, cuando apareció el béisbol, y un referente para él. Gracias a la buena relación entre Ruth y el hermano Matthias Boutlier, quién vio en él algo positivo y no sólo el carácter rebelde que todo el mundo decía, George mejoró sus cualidades en el béisbol gracias a poder practicar sus habilidades junto a él, porque saber, nació sabiendo. Ruth jugó en todas las posiciones en St. Mary pese a ser zurdo. En todas lo hacía a la perfección, convirtiéndose además en el mejor lanzador del colegio.
Un jovenzuelo de 18 años que ya era incluso mencionado en los periódicos dejó tan impresionado a los monjes, que en 1914 estos invitaron a Jack Dunn, dueño de los Orioles de Baltimore, a que echara un ojo a este adolescente. No necesitó más de una hora para verle jugar. De esta manera con apenas 20 años, Jack Dunn, propietario de los Baltimore Orioles, reconoció su talento al verlo ese día y lo contrató. Los peloteros al verlo lo nombraban como el nuevo babe (bebé) de Jack Dunn, el sobrenombre le quedó.
sin embargo, los problemas económicos de los Orioles no dejaron otra opción a Jack Dunn que vender a sus mejores jugadores, a los que terminó vendiendo a los Red Sox de Boston. Ruth, junto con Ernie Shore y Ben Egan, se marchó a Boston por un precio anunciado de 25.000 dólares, que sólo fue eso, un precio anunciado, ya que algunos relatos rebajaron la venta a menos de la mitad. Ruth, todavía con 19 años, pasó a formar parte de un equipo de la Major League cinco meses después de fichar por los Orioles, todavía en 1914.
RedSox y la Maldición Del Bambino.
En 1916 Babe llegó a la Serie Mundial y lanzó el cuarto partido contra los Brooklyn Robins. Cedió una carrera en el primer episodio y no otorgó una carrera más en las catorce entradas que duró el partido. Es el partido completo más largo en la historia del béisbol en Serie Mundial. Dos años después regresó al clásico de otoño. No permitió carrera en el primer partido y cedió carrera hasta el octavo episodio del cuarto partido. Estos números, junto a los logrados dos años antes, hicieron un total de 29 entradas y 2/3 sin permitir carrera, un récord que duró 43 años.
El 5 de enero de 1920, Ruth fue traspasado a los New York Yankees a cambio de 125.000 dólares en efectivo y otros 300.000 dólares en cesiones que el dueño de los Red Sox, Harry Frazee, usó para financiar sus producciones de . La venta de Babe Ruth a los Yankees está considerada como una de las peores transacciones de la historia del deporte estadounidense. El conjunto bostoniano, cinco veces campeones de las Series Mundiales hasta ese momento (las tres últimas con Ruth en el equipo), no volvería a lograr ningún campeonato hasta 2004. Este periodo de 86 años de sequía fue conocido como La Maldición del Bambino.
New York Yankees
Justo en la temporada de su debut con los Yankees en 1920 Ruth estableció un récord de 54 homeruns en una temporada, sobrepasando la que él mismo había impuesto el año anterior con 29. Babe era la estrella del equipo, a pesar de que su cuerpo distaba de ser el de un atleta, pues era grueso de tronco y de piernas delgadas. Tanta era su popularidad que el campo de juego que compartían los Yankees con los Giants, el Polo Grounds, ya no dio abasto. Construyeron uno nuevo: el Yankee Stadium que abrió sus puertas en 1923 el escenario fue conocido para la posteridad como "La Casa que Ruth Construyó".
La fama de Ruth siguió creciendo. En ogró la marca de 60 homeruns en una temporada, que perduraría hasta 1961 cuando Roger Maris la sobrepasó con 61 homeruns; sin embargo, los anotadores oficiales resaltaron que Ruth lo hizo en una temporada de 154 partidos; Maris, en cambio, lo hizo en una de 162. Los periodistas deportivos bautizaron a Babe como "el Gran Bambino" y "the Sultan of swat" (algo así como el sultán del batacazo).
Un hecho hizo de Ruth un mito. En el tercer partido de la Serie Mundial contra los Chicago Cubs en 1932 en el quinto episodio, el pitcher Charlie Root llevó la cuenta frente al bambino 2-2. De pronto éste señaló a las gradas en el jardín central, muchos interpretan esta señal a la dirección que pondría la pelota, otros como un desafío al pitcher. El caso es que logró un homerun, que según muchos, ha sido el de mayor longitud en el Wrigley Field hogar de los Cubs. Los Yankees ganaron la serie por barrida, su tercera en cuatro años. El 29 de septiembre de 1934 bateó su último homerun con los Yankees, y el día siguiente fue el último que vistió el uniforme.
HALL OF FAME
Ruth ingresó en el Salón de la Fama del Béisbol el 29 de enero de 1936 junto con Honus Wagner, Christy Mathewson y Walter Johnson en una ceremonia celebrada en Cooperstown Nueva York Fueron los cinco primeros miembros en ser introducidos en el Hall of Fame de este deporte.
Michael Gondres
Columnista Operacion Deportiva
@michaelemilio10
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