La última vez que los Tigres del Licey conquistaron coronas seguidas, Luis Urueta era un niñito que ni caminaba.
35 años después tiene la gran encomienda de reeditar, una proeza que los azules han buscado con ansias, empero se le ha eludido.
Urueta, de 36 años tendrá ese gran reto de propiciar un segundo cetro seguido y tras su primera incursión ya como designado presidente del Licey aceptó el reto de conducir a los bengaleses por el mismo sendero que transitó en la estación pasada.
Con una fluida comunicación, conocimientos del juego y de la propia Liga Dominicana de Béisbol, el nativo de Barranquilla, Colombía expresó que “Vengo aquí a tratar de realizar un brillante desempeño para el Licey, equipo que he seguido desde que en 1999 arribe a este país cargado de sueños con la firme esperanza de alcanzar una firma para el profesionalismo”, expresó Urueta, quien con apenas 36 años cargará sobre sus hombros al equipo de mayor éxito en la historia de la pelota dominicana.
“Iremos por una segunda corona seguida, ese será mi principal objetivo”, señaló Urueta.
Un dirigente agresivo, que aglutina, motivador, quien a pesar de su corta edad ha demostrado ser un gran conocedor del juego, Urueta reconoce que asume como dirigente en una franquicia de tanta tradición y gallardía y de la cual espera aportar para que la mística continúe.
“Aquí no hay que cambiar nada, el Licey está para continuar realizando grandes cosas, vamos a seguir con esa misma armonía, con esa misma química en busca de ser campeón nuevamente”, externó Urueta, tras ser presentado de manera oficial por el gerente general, Junior Noboa y el vicepresidente, Ricardo Ravelo, en un encuentro al que asistió el cuerpo directivo en pleno de la franquicia, así como las integrantes de la Rama Femenina del conjunto.
Consintió que el año pasado fue especial al recibir la oportunidad de pertenecer al staff de los Tigres y que mucho más especial fue ganar la corona, por lo que eso significaba, y más, por estar acompañado de un grupo de entrenadores que llamó “hermanos”: Joel Noboa, Wellington Cepeda, Audo Vicente, Hatuey Mendoza, John Arturo Noboa, con los que creció en el béisbol profesional, cuando muy joven llegó al país y la Familia Noboa (encabezado por el fenecido “Don Chide”, lo asumió como a un hijo.
“Trabajar con Pat Kelly (el dirigente norteamericano del año pasado) fue algo súper especial. Desde el día número uno, el equipo creó una química, una cultura ganadora, una cultura de familia”, apuntó Urueta. Relató que el día que fue despedido Kelly e iba a dirigir por un día, le pidió a Junior Noboa que le permitiera hablar ante el equipo entero.
“Pasamos por un momento difícil y quizás se nos estaban olvidando cosas que en el béisbol, para mí, tienen mucho valor, que son la hermandad, la motivación y la entrega que un equipo necesita para ganar en un terreno de juego: se lo hice saber a jugadores de la talla de Hanley Ramírez, Emilio Bonifacio, Juan FranciscoÖ Lo escucharon de mí y quizás de pronto me gané el respeto y la credibilidad de ellos”, relató el barranquillero.
Dijo que no es cuestión de edad, ni de experiencia, sino la sabiduría y la manera de cómo se expresa cuando se manda un mensaje a un jugador. “Creo que creyeron en mí, en el proceso que significa ser un jugador de los Tigres del Licey, y se motivaron”. Recordó que entonces llegó Audo Vicente como dirigente y las cosas se dieron bien y se ganó la corona.
Urueta, de 36 años tendrá ese gran reto de propiciar un segundo cetro seguido y tras su primera incursión ya como designado presidente del Licey aceptó el reto de conducir a los bengaleses por el mismo sendero que transitó en la estación pasada.
Con una fluida comunicación, conocimientos del juego y de la propia Liga Dominicana de Béisbol, el nativo de Barranquilla, Colombía expresó que “Vengo aquí a tratar de realizar un brillante desempeño para el Licey, equipo que he seguido desde que en 1999 arribe a este país cargado de sueños con la firme esperanza de alcanzar una firma para el profesionalismo”, expresó Urueta, quien con apenas 36 años cargará sobre sus hombros al equipo de mayor éxito en la historia de la pelota dominicana.
“Iremos por una segunda corona seguida, ese será mi principal objetivo”, señaló Urueta.
Un dirigente agresivo, que aglutina, motivador, quien a pesar de su corta edad ha demostrado ser un gran conocedor del juego, Urueta reconoce que asume como dirigente en una franquicia de tanta tradición y gallardía y de la cual espera aportar para que la mística continúe.
“Aquí no hay que cambiar nada, el Licey está para continuar realizando grandes cosas, vamos a seguir con esa misma armonía, con esa misma química en busca de ser campeón nuevamente”, externó Urueta, tras ser presentado de manera oficial por el gerente general, Junior Noboa y el vicepresidente, Ricardo Ravelo, en un encuentro al que asistió el cuerpo directivo en pleno de la franquicia, así como las integrantes de la Rama Femenina del conjunto.
Consintió que el año pasado fue especial al recibir la oportunidad de pertenecer al staff de los Tigres y que mucho más especial fue ganar la corona, por lo que eso significaba, y más, por estar acompañado de un grupo de entrenadores que llamó “hermanos”: Joel Noboa, Wellington Cepeda, Audo Vicente, Hatuey Mendoza, John Arturo Noboa, con los que creció en el béisbol profesional, cuando muy joven llegó al país y la Familia Noboa (encabezado por el fenecido “Don Chide”, lo asumió como a un hijo.
“Trabajar con Pat Kelly (el dirigente norteamericano del año pasado) fue algo súper especial. Desde el día número uno, el equipo creó una química, una cultura ganadora, una cultura de familia”, apuntó Urueta. Relató que el día que fue despedido Kelly e iba a dirigir por un día, le pidió a Junior Noboa que le permitiera hablar ante el equipo entero.
“Pasamos por un momento difícil y quizás se nos estaban olvidando cosas que en el béisbol, para mí, tienen mucho valor, que son la hermandad, la motivación y la entrega que un equipo necesita para ganar en un terreno de juego: se lo hice saber a jugadores de la talla de Hanley Ramírez, Emilio Bonifacio, Juan FranciscoÖ Lo escucharon de mí y quizás de pronto me gané el respeto y la credibilidad de ellos”, relató el barranquillero.
Dijo que no es cuestión de edad, ni de experiencia, sino la sabiduría y la manera de cómo se expresa cuando se manda un mensaje a un jugador. “Creo que creyeron en mí, en el proceso que significa ser un jugador de los Tigres del Licey, y se motivaron”. Recordó que entonces llegó Audo Vicente como dirigente y las cosas se dieron bien y se ganó la corona.
Tomado del ListinDiario.Com
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