CHICAGO -- Miguel Angel Sanó explica que
la clave de la gran temporada que está viviendo hasta ahora es fácil de
explicar: El dominicano está siendo más paciente y una vez que observa
un pitcheo que le gusta, le hace swing con fuerza.
Los números respaldan lo que afirma Sanó. Esos swings duros están produciendo un contacto aun más fuerte: El toletero encabeza las Grandes Ligas en velocidad promedio de salida por más de tres millas por hora. Sus batazos, de acuerdo con Statcast™, salen disparados a una velocidad promedio de 98.9 millas por hora. El jardinero de los Atléticos, Khris Davis, es segundo con 95.8 millas por hora, pero la diferencia entre él y Sanó es casi la misma que la entre Davis y quien ocupa el 15to puesto.
El contacto sólido que está produciendo Sanó, combinado con una relación de boletos del 18.7%--la más alta de su carrera--lo ha ayudado a poner una línea ofensiva de .300/.431/.640 con ocho jonrones, seis dobles, dos triples y 28 carreras empujadas (segundo en la Liga Americana) en 29 juegos. Ha logrado una tremenda recuperación tras la temporada pasada, cuando bateó .236/.319/.462 con 25 jonrones y 66 empujadas en 116 juegos.
"Es sólo más paciencia y tratar de batear la bola por el medio", dijo Sanó. "He tratado de simplificar mi juego".
Sanó cree que se estaba poniendo mucha presión en el plato, lo que lo llevaba a buscar pitcheos fuera de la zona. Ha mejorado su promedio de swings a pitcheos fuera de la zona de 23.7% a 22.2%, a la vez que les hace swing a más strikes. Pasó de tirarle al 62.9% de envíos en strike a un 71.4% este año.
Todo eso le ha permitido pegarle con más fuerza a la bola, mejorando así su velocidad promedio de salida ante pitcheos en la zona de 93.3 millas por hora a 100 millas por hora este año, la mejor en todas las Grandes Ligas. Para ponerlo en contexto, el promedio en las Mayores es de un 88.8% y la peor velocidad promedio de salida en cualquiera de los nueve cuadrantes en los que se divide la zona de strike es de 92.1 millas por hora.
"Qué talento tan increíble, pero más importante que eso es la clase de bateador que es", dijo el coach de bateo de los Mellizos, James Rowson. "El poder esconde un poco el hecho de que es un gran bateador. Ve la bola bien. Sabe cuándo es momento de dejar pasar un pitcheo y toma sus boletos cuando se los dan".
Si bien Sanó ha sido ayudado por un promedio de .440 en bolas puestas en juego, gran parte de la razón está en lo duro que le está pegando a la bola. Y tampoco está dando muchos rodados, gracias a que está elevando más la pelota, lo que se traduce en más extrabases.
Sanó, por otra parte, está destruyendo las rectas, ante las que batea .348 con .826 de slugging. Contra sliders, liga para .333 con .667 de slugging. El único pitcheo con el que ha tenido problemas es el cambio (.167, sin jonrones). El año pasado, bateó .244 contra rectas, .173 ante sliders y .188 frente a los cambios.
Sanó cree que su trabajo viendo videos lo ha ayudado a identificar mejor los lanzamientos y los patrones que siguen los pitchers en su contra. De acuerdo con Rowson, el quisqueyano es uno de los jugadores que trabaja más duro en todo el equipo.
"Él trabaja con un plan y con un enfoque", dijo Rowson. "Todo eso se ve reflejado a la hora del juego. Su éxito no es casualidad. Es un muchacho que se prepara para tener éxito".
Los números respaldan lo que afirma Sanó. Esos swings duros están produciendo un contacto aun más fuerte: El toletero encabeza las Grandes Ligas en velocidad promedio de salida por más de tres millas por hora. Sus batazos, de acuerdo con Statcast™, salen disparados a una velocidad promedio de 98.9 millas por hora. El jardinero de los Atléticos, Khris Davis, es segundo con 95.8 millas por hora, pero la diferencia entre él y Sanó es casi la misma que la entre Davis y quien ocupa el 15to puesto.
El contacto sólido que está produciendo Sanó, combinado con una relación de boletos del 18.7%--la más alta de su carrera--lo ha ayudado a poner una línea ofensiva de .300/.431/.640 con ocho jonrones, seis dobles, dos triples y 28 carreras empujadas (segundo en la Liga Americana) en 29 juegos. Ha logrado una tremenda recuperación tras la temporada pasada, cuando bateó .236/.319/.462 con 25 jonrones y 66 empujadas en 116 juegos.
"Es sólo más paciencia y tratar de batear la bola por el medio", dijo Sanó. "He tratado de simplificar mi juego".
Sanó cree que se estaba poniendo mucha presión en el plato, lo que lo llevaba a buscar pitcheos fuera de la zona. Ha mejorado su promedio de swings a pitcheos fuera de la zona de 23.7% a 22.2%, a la vez que les hace swing a más strikes. Pasó de tirarle al 62.9% de envíos en strike a un 71.4% este año.
Todo eso le ha permitido pegarle con más fuerza a la bola, mejorando así su velocidad promedio de salida ante pitcheos en la zona de 93.3 millas por hora a 100 millas por hora este año, la mejor en todas las Grandes Ligas. Para ponerlo en contexto, el promedio en las Mayores es de un 88.8% y la peor velocidad promedio de salida en cualquiera de los nueve cuadrantes en los que se divide la zona de strike es de 92.1 millas por hora.
"Qué talento tan increíble, pero más importante que eso es la clase de bateador que es", dijo el coach de bateo de los Mellizos, James Rowson. "El poder esconde un poco el hecho de que es un gran bateador. Ve la bola bien. Sabe cuándo es momento de dejar pasar un pitcheo y toma sus boletos cuando se los dan".
Si bien Sanó ha sido ayudado por un promedio de .440 en bolas puestas en juego, gran parte de la razón está en lo duro que le está pegando a la bola. Y tampoco está dando muchos rodados, gracias a que está elevando más la pelota, lo que se traduce en más extrabases.
Sanó, por otra parte, está destruyendo las rectas, ante las que batea .348 con .826 de slugging. Contra sliders, liga para .333 con .667 de slugging. El único pitcheo con el que ha tenido problemas es el cambio (.167, sin jonrones). El año pasado, bateó .244 contra rectas, .173 ante sliders y .188 frente a los cambios.
Sanó cree que su trabajo viendo videos lo ha ayudado a identificar mejor los lanzamientos y los patrones que siguen los pitchers en su contra. De acuerdo con Rowson, el quisqueyano es uno de los jugadores que trabaja más duro en todo el equipo.
"Él trabaja con un plan y con un enfoque", dijo Rowson. "Todo eso se ve reflejado a la hora del juego. Su éxito no es casualidad. Es un muchacho que se prepara para tener éxito".
Tomado de LasMayores.Com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario