Es tradición que, como parte de las celebraciones del 4 de julio, en los Estados Unidos haya exhibiciones de fuegos artificiales volando por los cielos al caer la tarde.
Bueno, el dominicano Carlos Gómez se adelantó y puso a volar un par de cosas la tarde del miércoles. Y no necesitó de fuego para encender la mecha.
Ante un pitcheo en cuenta de 0-1, Gómez se cuadró para tocar, brincó para evitar ser golpeado por el picheo de su paisano José Ureña y pensó que la bola había rozado su mano. Sin embargo, no le otorgaron la inicial y Gómez terminó ponchándose.
El jardinero de los Rays estaba frustrado, evidentemente, y se desquitó con una hielera que estaba ubicada en el dugout de visitante del Marlins Park:
Tomado de LasMayores.Com
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